pensar que siempre tengo que sacar fuerza
mirar, sonreír, y llegar a la barra del bar,
fluir con el alcohol aunque no sepa a dónde va.
Saco un carta de la baraja y no necesito un mago para adivinarla.
Es el as de copas, que de alcohol voy a llenarla.
Voy a acabar borracho de tanto rellenarla
y al final no sabré llegar entero a casa.
Es el bar del que me enganché noche tras noche
donde las paredes se convirtieron en barrotes
mi mente sólo quería estar en ese lugar
ya daba igual todo, era mi bar.
Desaparecía cuando tomaba algún tipo de tratamiento
cuando mis amigos me bajaban del cielo
me ataban al suelo y no me dejaban volver
pero hasta ellos saben que volvería a beber.
Porque no sé como acabo de nuevo allí,
porque no sé que tiene el destino para mi.
Sé que es mi bar y aunque no pueda entrar,
por intentarlo siempre voy a brindar, por mi bar.
Barbudo
David Vicente Alamillo
Mi bar