domingo, 22 de enero de 2017

No me dejan domir las rosas.

Me abroché la cazadora con orgullo y decisión.
Caminé con un rumbo fijo.
Volví a sacar el corazón de aquel viejo cajón.
Aún es pronto, esperaré sentado en el bordillo.

Ilusión se divertía corriendo en el parque.
Sufrimiento, sólo, le daba al pacharán.
Amistad, traía una manta para abrigarme.
Y Tiempo, ay Tiempo...no me daba un minuto más.

Una vez más, abrió la floristería
la florista me sacó todas las rosas
decía que me iban a dar alegría
lo que no sabe es que no me dejan dormir las rosas

Ya no tengo zonas en mi cuerpo sin cicatriz de espinas
señora florista dame alguna flor con la que me ría sin parar
que no se marchite nunca, que no se convierta en cenizas
con la que pueda decir que todo es de verdad.

Que no sé como cuidar una rosa
que voy perdiendo pétalos desde que la toco
oígame doctor, esta flor es muy valiosa
dígame doctor, ¿cree usted que me estoy volviendo loco?

Que ya no quiero rosas
que no las entiendo, que no las comprendo.
Que ya no tengo rosas
que las pierdo, que siempre se acaban yendo.


Sr.Barbudo
David Vicente Alamillo.


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